I Encuentro de la Coordinadora de CVX en Castilla.

Los días 23 y 24 de noviembre hemos celebrado en Villagarcía de Campos el I Encuentro de la Coordinadora de CVX en Castilla.

Esta coordinadora está formada por las comunidades de Madrid, Burgos, Salamanca y Valladolid, e inició su andadura el curso pasado. 

Durante estos dos días quisimos conocer lo que ha supuesto para CVX la Asamblea Mundial del Líbano de este verano, y a la vez comenzar a preparar la Asamblea Nacional que en agosto celebraremos en Salamanca.

Pero en cuanto comenzamos el encuentro una vez más comprobamos cómo todas estas estructuras y asambleas no son algo ajeno a nuestro día a día, sino que son capaces de tocar en lo más concreto de nuestras vidas. A ellas llevamos la preocupaciones y la vida de todas las comunidades de CVX a lo largo del mundo, y es el compartir y el encuentro con otros lo que nos devuelve nuevos retos y nuevas preguntas. 

En esta ocasión, la Asamblea de Líbano nos recuerda que nuestras actividades ordinarias (trabajo, familia, estudios, compromiso ciudadano...) son la base del resto de nuestras misiones más 'visibles' como CVX. Llamados a trabajar como comunidad mundial en las fronteras de un mundo global, pero cuidando la vida espiritual y cotidiana de cada miembro de la comunidad. Algo evidente y simple de entender, y a la vez tan difícil de vivir y compartir en comunidad a veces. Y así, alrededor de este reto, giró nuestro encuentro del fin de semana: compartiendo las limitaciones y dificultades de cada comunidad, aprendiendo lo que hacen bien las otras comunidades y, sobre todo, dejando brotar deseos y sueños.Es difícil resumir y condensar un encuentro cuando lo más importante no es el tema en sí sino el tiempo de diálogo, el compartir, sentirse acompañado, sentirse en camino con otros. Por eso el mejor resumen son estas palabras de Noelia, una de nuestras miembros más jóvenes y que tenía su primer contacto con otras comunidades de CVX: «Iba al Encuentro de la Coordinadora de Castilla sobre todo a la expectativa: 'uy, a ver dónde me estoy metiendo'. No conocía prácticamente a nadie, así que lo primero de lo que me di cuenta fue de que eso daba igual, el buen ambiente hizo que sintiera que conocía a todo el mundo de toda la vida. Cuando Alfonso (presidente nacional de CVX) nos fue contando la vivencia en la Asamblea Mundial en el Líbano, sentí que Dios estaba allí con nosotros y que había estado también en el Líbano con ellos. Para mí ha sido maravilloso percibir y constatar cómo a una comunidad de gente tan distinta en ciertos aspectos, el Espíritu la guía a remar todos en la misma dirección. Y esas diferencias, que debo reconocer que al principio me asustaban un poco ('¿será este mi sitio?') me han resultado muy enriquecedoras»