Encuentro europeo de familia: la misericordia como modo de entender y comprender.

Del 28 de abril al 2 de mayo ha tenido lugar en Poznan (Polonia) el encuentro europeo de CLC-CVX misión familia. 

Nos reunimos unas veinticinco personas de Polonia, Letonia (pre-CVX), Holanda, Bélgica, Francia, Italia, Malta y España, además varias familias polacas nos acompañaron en distintos momentos del encuentro. Desde el primer momento comprobamos que  el equipo motor polaco había trabajado muy a fondo y con mucho cariño.

He tenido la inmensa suerte de que el equipo de familia de CVX España está muy liado  y me enviaron. Para mí ha sido un auténtico regalo. El encuentro tuvo lugar en la casa de retiro de las religiosas:”Hermanas Misioneras de Cristo Rey que trabajan con los emigrantes polacos viviendo en fuera de su patria” (un nombre larguísimo, pero muy alegres y acogedoras).

El encuentro se inicia comentando la realidad de la misión familia en nuestros países. Enseguida tomamos consciencia de las líneas de fondo en cada país y de los retos a que cada uno se enfrenta. Me alegra que Malta, Francia, Bélgica y España estemos implicados en la pastoral de la diversidad sexual. Muy nuevo para mí la situación de las CVX en entornos multirreligiosos: Holanda y Letonia.

La pregunta “¿Qué ayuda y qué dificulta la vida familiar en nuestras comunidades?” marca el inicio de los grupos de trabajo. De manera unánime, se concreta nuestra mayor dificultad: cómo compaginar la vida de familia (sobre todo cuando los niños son pequeños) con una vida de compromiso comunitario y misión. A la vez,  somos plenamente conscientes de que la familia es el mayor don que hemos recibido  y la causa de nuestra misión. Ponemos en común soluciones creativas: en Letonia las diferentes CVX se hacen mutuamente los canguros, en Malta se organizan encuentros infantiles (“monkey meetings”) mientras los padres están reunidos. ¿Les copiamos?...

A mediodía, un momento de relax, damos un paseo por los cercanos bosques de Morasko, donde  se encuentran una multitud de cráteres de meteoritos y algún gran meteorito.
Por la tarde, se presentan diferentes ponencias: “la familia contemporánea” y “la familia como don y como llamada”. Ponemos de manifiesto que nuestra llamada no es buscar la perfección de nuestras familias, ni pedirla en las familias que atendemos. Nuestra llamada es amar y servir a las familias “imperfectas”, valorando especialmente los testimonios en la vida corriente. Comienza a perfilarse una de las constantes del encuentro: “mercy a way of understanding” (la misericordia como vía y modo de entendimiento/comprensión)

En el segundo día, entramos de lleno en la Amoris Laeticia, disfrutándola  y,  la joya de la corona: “seguir a Jesús en las fronteras” acompañando a las familias. Se nos propone trabajar tres fronteras: acompañar la infancia y adolescencia (en Polonia hay un gran vacío pastoral entre la preparación para la primera comunión y la preparación para el matrimonio), la atención a las familias en los primeros años de matrimonio y el acompañamiento de las situaciones “irregulares”. 

El grupo de trabajo de los “irregulares”, comentamos que no nos satisface el calificativo de “irregulares”, pues es necesario tomar consciencia de la diversidad familiar y cómo, con gran frecuencia, supone procesos muy dolorosos para las familias. Se habla de “aceptación”, pero nos preguntamos qué queremos decir realmente con “aceptar a las familias”: queremos que signifique  potenciar y madurar nuestra capacidad de amar a todas las personas, cualquiera que sea su situación.  

Por la noche aprendimos a bailar polonesas, bailes tradicionales de Malta, danza de los zuecos de Holanda, bailes de Letonia. Llevé imágenes de los “Castellers” de Cataluña y bailamos isas canarias.

Tercer día del encuentro: Ward Biemans SJ (asistente de las CVX en Bélgica y Holanda) nos expone las actuaciones de la Compañía en el campo de familia  en los países europeos
Bruselas (programa de misas familiares en la capilla de la Resurrección)
Centro de la familia en Nápoles
Centro Heinrich Pesch Haus en Ludwigshafen (cerca de Frankfurt).
Organización de colonias familiares en Flandes
España: 52 parroquias regentadas por los jesuitas, muchas de ellas sedes de CVX. Organización de las Jornadas Pastorales de la Familia y el Open. Colaboración con el Reloj de la familia. 

A continuación, presento el Reloj de la Familia. Me siento un poco abrumada por la expectación que se ha creado y preocupada por si mi nivel de inglés iba a ser suficiente… Antes de comenzar conecto internamente con el gran agradecimiento que siento por todo lo que mi familia ha recibido de reloj y por todo lo que he visto que ha ayudado a otros. 

El lenguaje del corazón ha fluido y se ha entendido más allá de los errores gramaticales y las carencias de vocabulario. Era muy importante poner de manifiesto que en ningún momento definimos qué es una familia y qué no, el Reloj es para todas las familias. Proponemos una mirada positiva y agradecida sobre la realidad de cada familia, potenciándola en su camino. Se trabaja la familia como un conjunto, sin roles femeninos o masculinos y este punto nos ha dado mucha flexibilidad para atender una gran diversidad de situaciones familiares. El reloj ha sido muy bien acogido. Emocionante. 

Fuera del programa establecido, también se presentan las iniciativas ESDAK (Italia, presentadas por Luisa Bonetti del Euroteam) y el esquema de 12 puntos de Letonia (los 12 puntos de la espiritualidad ignaciana que ayudan a las familias).
Por la tarde, visitamos la ciudad de Poznan: la isla de la catedral, centro histórico y la Iglesia de los jesuitas. 

Concluye oficialmente el encuentro. Se nos ofrece disfrutar de la hospitalidad de las familias polacas.: un día de visita (centro de espiritualidad de Lednica, muy vinculado a la figura de Juan Pablo II) y una fantástica barbacoa por la noche. Este mes de mayo ha sido especialmente frío en Polonia (doy fe, al menos durante los días que estuvimos…). A parte de la celebración del 1 de mayo (en Polonia San José Obrero), el 3 de mayo es el día de la constitución y el día de Nuestra Señora de Czestochowa, pudimos vivir estas fiestas con las familias polacas. 

Marisol Ortiz.