Muchas veces, la
velocidad del día a día nos llena nuestra razón y nuestro corazón de quehaceres
banales y sin importancia, que con nuestro permiso se disfrazan de importantes
y fundamentales para nuestras vidas. Pero estas "urgencias", si las
pasamos por el prisma de la mirada de Dios, se evaporan como el agua; y es
entonces cuando se nos revelan las cosas sólidas que permanecen, las cosas que
realmente son importantes; y la fundamental para un cristiano es la de estar a
la escucha de la Palabra de Dios.
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta,
afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y
María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (Lc. 10, 41-42).
Publicado en el blog “Taller de oración” de
CVX Valladolid: